Canción para el Gran Dios de la Eterna Noche (Meseta 6)

Noche, sombra hasta el fin, entre las secas

ramas, entre follajes, nidos rotos entre años

rebrillaban las lunas de cáscara de huevo,

las grandes lunas llenas de silencio y de espanto.


Morada al Sur, Aurelio Arturo

 

En tu mirada de piedra, ¡oh! Dios de la Eterna Noche

Todos, todos los astros son fugaces

El bíblico ajenjo, el disco solar y el globo terráqueo.

 

En tu mirada de piedra ¡oh! Dios de la Eterna Noche

Todos, todos los ríos son fugaces

El amarillo, el mitológico Aqueronte y el sinuoso Bredunco.

 

En tu mirada de piedra, ¡oh! Dios de la Eterna Noche

Todos, todos los imperios son fugaces

El del águila calva, el del dragón y el del león.

 

En tu mirada de piedra, ¡oh! Dios de la Eterna Noche

Todas, todas las vidas son fugaces

La del faraón, la del santo y la del héroe.

 

En tu mirada de piedra, ¡oh! Dios de la Eterna Noche

Todos, todos los amores son fugaces

El suicida amor de julieta, el voluptuoso de Cleopatra y el maternal de María.

 

En tu mirada de piedra, ¡oh! Dios de la Eterna Noche

Todos, todos los dioses son fugaces

El del Olimpo, el de la medialuna y el impostor que murió en la cruz.

Por: Carlos Cardona

Oda al Gran Dios de la Eterna Noche. Cuento de Carlos Arturo Cardona. Sexta Parte: Canción para el Gran Dios de la Eterna Noche.